DIETA HOSPITALARIA

Reseña de la obra

A nivel fisiológico, comer es una conducta básica de todos los seres vivos, necesaria para poder proporcionar al organismo la energía y nutrientes esenciales para el correcto crecimiento y mantenimiento de sus constantes biológicas. Sin ella la supervivencia no sería posible. Los alimentos que escogemos para formar parte de nuestra dieta, al igual que las cantidades utilizadas, influyen directamente sobre la salud. Por tanto, conocer los alimentos y su composición nutricional es totalmente necesario para poder asegurar una alimentación equilibrada. Si esta se adapta a los cambios que comportan todas las etapas de la vida puede ejercer una función preventiva frente a la aparición de enfermedades como la diabetes, hipertensión, dislipemias, algunos tipos de cáncer, etc., e incluso ayudará a curarla en caso de que ya se haya manifestado. El uso terapéutico de los alimentos es tan antiguo como el hombre. Ya hace 2500 años que Hipócrates dijo “que tu alimento sea tu medicina y que tu medicina sea tu alimento”. Las personas que carecen de enfermedades tienen en sus manos la posibilidad de escoger los alimentos más saludables para cuidarse, y ellas deciden que camino escoger. Sin embargo, hay patologías que obligan a modificar el tipo de alimentación del paciente, que no come lo que quiere sino lo que debe, y aplicar las denominadas dietas terapéuticas o regímenes dietéticos, dietas adaptadas a las enfermedades, que pueden actuar como el único tratamiento de la enfermedad (como la diabetes tipo 2), pueden formar parte de un tratamiento asociadas a diferentes fármacos (como la diabetes insulinodependiente) o pueden ser un preventivo de algunos síntomas de las enfermedades (como el dolor de la úlcera). Las personas que padecen alergias alimentarias, por ejemplo, deben excluir los alimentos que les provocan síntomas ya que, incluso, podrían llevarlos a la muerte (shock anafiláctico). Los enfermos celíacos e intolerantes a la lactosa deben eliminar los que contienen gluten y lactosa respectivamente, los diabéticos necesitan seguir una dieta pobre en hidratos de carbono y los hipertensos baja en sodio. Así, multitud de enfermedades precisan de una dieta específica, sin la cual, no habría una buena recuperación y evolución del paciente. En todos estos casos, es imprescindible la elaboración de un planning dietético equilibrado para evitar carencias nutricionales (hay que buscar un sustituto para el alimento eliminado de la dieta con características nutricionales similares). Algunas dietas terapéuticas tienen el objetivo de facilitar la ingesta de alimentos a través de una textura modificada. Por ejemplo, una persona que carece de dientes no es capaz de comer una fruta cruda o un bistec de ternera, pero si lo podrá hacer si modificamos su textura (puré de frutas o de carne). En enfermos de disfagia, que tienen complicaciones en el acto de la deglución, se deberán utilizar espesantes y alimentos con una textura adecuada para evitar la broncoaspiración. En los casos más graves, cuando la alimentación ya no es posible de forma convencional, será necesario recurrir a la nutrición artificial, ya sea por sonda (enteral) o bien por vía endovenosa (parenteral). A veces, esta vía de administración de alimentos es temporal y en otros casos, es de por vida. Esta obra hace una amplia recopilación de los conceptos básicos de alimentación, nutrición, dietética y dietoterapia, actualizada y ampliada en esta nueva edición. No solo recoge los mejores consejos para una alimentación equilibrada en todas las edades sino que nos da a conocer los atributos nutricionales de los diferentes alimentos y los mejores consejos para poder solucionar desde el punto de vista nutricional los síntomas de diferentes enfermedades.