SEGURIDAD EN EL MEDIO HOSPITALARIO

Reseña de la obra

La seguridad no es solo un valor jurídico, normativo o político; es igualmente un valor social. Es uno de los pilares primordiales de la sociedad, se encuentra en la base de la libertad y la igualdad y contribuye al desarrollo pleno de los individuos. Los Estados, al los agentes privados contribuyen a la minoración de posibles riesgos asociados a su actividad industrial o mercantil, obtienen seguridad adicional más allá de la que provee la seguridad pública o satisfacen sus necesidades de información profesional con la investigación de asuntos de su legítimo interés. En esta óptica, la existencia de la seguridad privada se configura como una medida de anticipación y prevención frente a posibles riesgos, peligros o delitos. Este texto, Preámbulo de la Ley 5/2014, de 4 de Abril de Seguridad Privada expone la importancia de los servicios de seguridad y vigilancia privados para la protección de personas e instalaciones de especial interés, como son los centros sanitarios, clasificados como infraestructuras críticas. La complejidad de la protección de estas instalaciones viene definida por su propio contexto, un lugar abierto las 24 horas del día y los 7 días de la semana variando los riesgos en función de su titularidad (público o privado), de sus servicios (atención especializada, urgencias, CAD…), perfil de los usuarios (mutualistas o adscritos al sistema público de salud…) o de su localización (grandes ciudades, periferias, pueblos…). Aunque cualquier persona que trabaja en un hospital podría llegar a ser una víctima de la violencia, el personal sanitario y de seguridad, que son los que tienen contacto más directo, son los que están más expuestos. La violencia podría ocurrir en cualquier lugar del hospital, pero es más frecuente en áreas de psiquiatría, urgencias y custodia. Las agresiones a profesionales sanitarios constituyen un problema grave que ha permanecido silenciado durante mucho tiempo por su escasa denuncia. No se tratan de hechos aislados, sino que se repite con demasiada frecuencia en los servicios de urgencias y centros de atención continuada. La rápida evolución de este fenómeno corresponde a un patrón de nuestra sociedad que se visualiza también en diversos ámbitos (familiares, genero, escolar…).